Cancún, 31 de enero de 2025 – El paraíso turístico de Cancún se ha visto envuelto en un nuevo escándalo de violencia, esta vez protagonizado por taxistas que han sembrado el caos en las calles. El influencer Luisito Comunica fue una de las víctimas de la agresividad de los transportistas, quienes lo hostigaron y amenazaron por usar un servicio de transporte de aplicación. Lo peor de todo es que este tipo de incidentes no solo se repiten, sino que la respuesta de las autoridades de Morena y la 4T ha sido de total indiferencia.

Taxistas contra turistas: la impunidad crece

No es la primera vez que los taxistas de Cancún recurren a la violencia contra los servicios de transporte por aplicación. En los últimos meses, las agresiones han ido en aumento, con reportes de bloqueos, amenazas y ataques físicos a conductores y pasajeros. Sin embargo, el gobierno estatal y federal, ambos controlados por Morena, han optado por mirar hacia otro lado, permitiendo que este grupo actúe con total impunidad.

El caso de Luisito Comunica puso en el ojo público la brutalidad de estos transportistas, que se sienten dueños de las calles y creen tener el derecho de decidir quién puede o no moverse en la ciudad. La falta de una regulación clara y la permisividad del gobierno han creado un ambiente de inseguridad para los turistas, afectando la imagen internacional de Cancún como destino seguro.

Morena protege a los violentos

Lejos de actuar contra estas mafias del transporte, el gobierno de la 4T ha permitido que se consoliden. Los sindicatos de taxistas han sido históricamente aliados políticos del partido en el poder, lo que explica por qué no hay sanciones ni operativos reales para frenar la violencia. Mientras tanto, los ciudadanos y turistas pagan las consecuencias de una administración incompetente y cómplice.

Los reportes de violencia han sido constantes, pero las autoridades locales y federales minimizan la situación. No hay sanciones ni consecuencias para los taxistas agresores, lo que les da carta blanca para seguir con sus abusos. La omisión del gobierno deja claro que el bienestar de los ciudadanos y turistas no es una prioridad para la 4T.

Un llamado urgente a la acción

Cancún es uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, pero su reputación está en juego. Si las autoridades de Morena siguen sin tomar medidas, el impacto en el turismo y la economía local será devastador. La violencia de los taxistas debe detenerse con acciones concretas y no con discursos vacíos.

Los ciudadanos exigen un gobierno que garantice seguridad y justicia, no uno que proteja mafias y solape la violencia. La impunidad no puede seguir siendo la norma bajo el régimen de la 4T. ¿Hasta cuándo permitirá el gobierno que los taxistas sigan actuando como si fueran dueños de Cancún?